miércoles, 2 de noviembre de 2011

La mujer y las distintas etapas de la vida

En la Edad Antigua
Los deberes de la mujer giran alrededor de la casa. El epíteto de Homero de los «brazos blancos» y los frescos de la Edad del Bronce que muestran a las mujeres con la piel blanca y a los hombres tostados por el sol testifica que los trabajos de la mujer estaban orientados de puertas adentro. La señora de la casa es la que se ocupaba de la familia y del hogar. Las casas de Alcínoo y de Odiseo tenían muchas esclavas. Todos los alimentos se preparaban en la casa por esclavas y eran servidos por ellas.
Las ropas se hacían desde el principio al fin, en la casa, y en esta tarea estaban implicadas las mujeres de la realeza, e incluso las inmortales, así como las esclavas. Las mujeres maduras, solían sentarse junto al fuego a hilar y tejer. Este se situaba en el centro de la habitación principal de la casa. El hecho de que Homero muestre a Helena, Penélope o Areté sentadas junto al fuego significa que una mujer estaba totalmente al tanto de todo cuanto sucediera en su hogar. Es común encontrar a una mujer de la realeza tejiendo mientras entretenía a sus huéspedes.

En la Edad Media
El trabajo estaba destinado para todos aquellos que no guerreaban, ni rezaban.
Al estar una sociedad básicamente rural, la mujer ayudaba en las faenas del campo, con el resto de su familia. Así como colaborar con su marido en las labores de su trabajo.
Si la mujer abandonaba a su familia para trabajar por su cuenta, solía ser como criada. Dentro de este trabajo había distintas clases:
  • las damas de honor de la nobleza
  • Las sirvientas que eran el juguete sexual de sus amos. Éstas trabajarían en los peores trabajos, llevarían las ropas más humildes y comerían las sobras.
  • Las esclavas, que eran fruto del comercio humano que se da a lo largo de toda la época medieval. Con preferencia entre las mujeres orientales o blancas.
Había trabajos destinados especialmente a las mujeres como eran el hilado, que debían ser desencantados antes, o el horneado. Poseía un sueldo menor al del hombre.
Las muchachas se iniciaban en el trabajo entre los 6 y 13 años.
Como amas de casa, la mujer era el núcleo de la pareja y de la casa. La mujer común se dedicaba a hacer las tareas del hogar, y tanto las nobles, como las plebeyas, se encargaban de la educación de los hijos.
En el siglo XIII, la Iglesia inició una dura persecución de las prostitutas.
En el XIV y XV, algunos clérigos llegaron a decir, que los pecados carnales eran menores por venir por naturaleza.
Otros decían que como no sacaba placer de su trabajo, sino una recompensa monetaria, estaba libre de pecado.
Desde ese momento la prostitución es un servicio público, que algunos ven, como medicina, para “males”, como la homosexualidad o la violencia entra hombres y mujeres.
La prostituta abandona la clandestinidad y la marginación.
En la crisis de finales del siglo XV, al afectar a las capas más pobres de la sociedad, se dará un aumento de esta profesión.

En la Edad Moderna

En la nobleza y la alta burguesía, las mujeres nobles aprendían la doctrina cristiana, a leer y a escribir, costura y a veces, música. La educación se desarrollaba bien en casa, con sus madres o con profesores particulares, bien en conventos. Las amas de casa supervisaban la educación de sus hijos y dirigían a sus sirvientes. Las mujeres no podían formar parte de los ejércitos (aunque algunas desatacaron en el campo de batalla, como la famosa Juana de Arco), ni podían ser notarias, ni escribanas, como tampoco podían ocupar cargos de representación en los parlamentos locales. Únicamente podían participar en la supervisión de algunos hospitales. Tanto en las clases altas como en las bajas, la mujer destacaba por su papel de madre. La maternidad era su profesión e identidad. Las mujeres ricas tenían más hijos que las pobres para asegurar la descendencia y también porque tenían capacidad para mantenerlos. Siguiendo con las mujeres de las clases altas, existía una negativa generalizada a amamantar a los hijos, por lo que tenían sus propias amas de cría, que podían ser campesinas que habían perdido a sus hijos o ya los habían destetado y que necesitaban algún salario extra.
En las familias pobres, las mujeres realizaban cualquier tipo de tarea: limpiar, preparar la comida, cuidar de los niños o los animales (si los había), curar, tejer, etc.
Desgraciadamente, a lo largo de los siglos XVI y XVII, la mujer fue excluida de ciertas profesiones por los gremios. Se consideraba el trabajo femenino deshonesto e infamante. Las mujeres campesinas y de clases bajas siguieron trabajando, no obstante; y compaginaban las tareas agrícolas con las de la casa o con la artesanía rural, la carda o el hilado de la lana, etc. También podían dedicarse al pequeño comercio de alimentos, o al servicio doméstico (sirvientas, nodrizas, comadronas, etc.)


En la edad contemporánea

La mujer burguesa se convirtió en la reina del hogar y su poder se extendió a sus hijos y su marido. Este cuadro de Edgar Degas refleja bien ese importante papel. A partir de la Revolución Francesa, las mujeres comenzaron públicamente su actividad política y reclamaron derechos políticos y legales, tales como el divorcio, el derecho a recibir una educación completa y adecuada, etc. Con las revoluciones de los años 1830 y1848, la actividad revolucionaria de las mujeres francesas se reactivó, después del paréntesis de la Restauración. Sin embargo, hasta después de 1848 el feminismo no adquirió una nueva fuerza, cubriendo dos campos de lucha: por un lado, la acción política y la difusión de las ideas, por otro, la lucha por las mejoras salariales y las condiciones de trabajo, imbricándose con el movimiento socialista. La revolución industrial y la mujer Es interesante preguntarnos de qué manera la revolución industrial afectó a la condición social de la mujer, y comprobar si la industrialización significó una ruptura con su situación anterior. Para responder a estas cuestiones, debemos tener en cuenta que las mujeres que se incorporaron al trabajo industrial, durante el siglo XIX, eran una minoría dentro del conjunto de la población femenina global. Las mujeres no participaron en masa en la producción industrial, con excepción de las trabajadoras de las fábricas textiles. En Gran Bretaña, a mediados del siglo XIX, se calculaba un porcentaje de un 25 por 100 de asalariadas sobre el total de la población femenina. EI porcentaje era parecido en Francia e Italia. Hacia principios del siglo XX, el número aumentó ligeramente. ¿En qué sectores estaban ocupadas las trabajadoras asalariadas? La mayoría de ellas se dedicaban al servicio doméstico, la confección de vestidos y la industria textil, incluso en Inglaterra, el país precursor de la revolución industrial, el servicio doméstico era el sector que daba mayor ocupación a las mujeres de las clases populares. La industria textil algodonera aumentó la producción con la introducción y difusión de la máquina de vapor. Los empresarios vieron que era más competitivo agrupar a los trabajadores y concentrar toda la maquinaria en un mismo lugar. Par tanto, la fábrica supuso el final del trabajo a domicilio que venían realizando numerosas familias campesinas. La transición no fue sencilla y la familia campesina se resistió a abandonar el campo para ir a vivir a la ciudad.

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